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Descubre cómo el boom de las estrellas artificiales está transformando el cielo de manera irreparable

  • El boom de las estrellas artificiales cambia el cielo para siempre
  • Los nuevos operadores globales de internet planean lanzar en esta década medio millón de satélites, que alteran las observaciones astronómicas e inyectan en la atmósfera contaminantes, con riesgos potenciales para la capa de ozono
  • Los astrónomos han catalogado un nuevo objeto entre los más brillantes del firmamento. No es una estrella ni tampoco un planeta: es Starlink, el prototipo de una nueva flota de docenas de satélites que darán conexión 5G desde el espacio.
  • A los ojos de cualquier persona, no solo de los astrónomos, mirar al cielo comenzó a ser algo radicalmente diferente en 2019. Entonces, la empresa SpaceX lanzó los primeros 60 satélites de Starlink, la mayor de las llamadas megaconstelaciones de satélites.

Impacto en la astronomía

El incremento en el número de satélites artificiales en órbita está generando preocupación en la comunidad astronómica debido a su impacto en las observaciones. Estos satélites pueden confundirse con objetos astronómicos variables y dejar restos en los datos que pueden tener repercusiones inesperadas. Además, se está estudiando su impacto ambiental, especialmente en relación a la capa de ozono, ya que se espera que en pocos años haya cientos de miles de estos satélites en órbita.

Este cambio en el firmamento ha llevado a que el cielo nocturno sea más dinámico, con la presencia de satélites en movimiento. Esto ha despertado la curiosidad de muchas personas, pero también ha generado dificultades para los astrofotógrafos, ya que los satélites dejan trazas en las imágenes. Además, se espera que en el futuro la vista del cielo esté dominada por satélites en movimiento en lugar de estrellas.

Riesgos potenciales para la capa de ozono

La proliferación de satélites en órbita baja puede tener un impacto en la capa de ozono debido a la inyección de sustancias extrañas vaporizadas, como aluminio, durante las reentradas de los satélites a la atmósfera. Esto puede afectar la formación de óxidos de aluminio y poner en riesgo la capa de ozono. Sin embargo, se requiere más investigación para cuantificar este impacto y actualmente no existe una normativa internacional que regule el uso de la órbita terrestre baja.

Además, la proliferación de satélites también contribuirá a la contaminación lumínica, borrando del firmamento las estrellas más débiles que pueden detectar el ojo humano. Esto tendrá un impacto especialmente en los lugares que actualmente tienen un cielo oscuro, ideal para la observación de estrellas. En definitiva, el boom de las estrellas artificiales está cambiando el cielo de manera irreversible, generando preocupaciones tanto en la comunidad astronómica como en relación al medio ambiente.