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La propuesta de construir un telescopio gigante en la Luna ha ganado fuerza entre los ingenieros de la NASA. Este radiotelescopio en la superficie lunar permitiría observar el universo en longitudes de onda que no han sido ampliamente exploradas por el ser humano debido a la ionosfera terrestre. Además, la propia Luna protegería al telescopio de interferencias y ruidos radioeléctricos provenientes de la Tierra, lo que abriría la puerta a descubrimientos científicos fundamentales en el campo de la cosmología.
El proyecto ha recibido financiamiento para continuar su desarrollo en la fase II del programa NIAC de la NASA. El objetivo principal del telescopio es estudiar las ondas de radio de larga longitud de onda producidas durante la época posterior al Big Bang pero anterior a la aparición de las primeras estrellas. Esta etapa es un misterio para los cosmólogos, pero creen que podría contener respuestas a grandes enigmas científicos, como la formación de las primeras estrellas y la materia oscura.
El equipo liderado por Saptarshi Bandyopadhyay en el Jet Propulsion Laboratory ha planteado utilizar robots para construir la antena del telescopio en un cráter lunar de más de 3 kilómetros de diámetro. Esta solución simplifica el transporte de materiales pesados y permite construir la infraestructura del telescopio de manera más eficiente. Sin embargo, el equipo enfrenta desafíos como diseñar una malla de alambre resistente y ligera que pueda resistir en la superficie lunar sin deformarse.
Otro desafío importante es decidir si los robots DuAxel, en desarrollo en JPL, deben ser completamente autónomos o si deberían tener un operador humano tomando decisiones. Además, se están evaluando otras técnicas de construcción, como disparar arpones en la superficie lunar para anclar la malla del telescopio. A pesar de los desafíos, el equipo está entusiasmado con el potencial de realizar descubrimientos revolucionarios sobre el universo con la ayuda de tecnologías innovadoras.
La construcción de un telescopio gigante en la Luna tiene la ventaja de que la cara oculta de la Luna es un lugar ideal para investigar el universo temprano. A diferencia de los telescopios en la Tierra, en la cara oculta de la Luna no hay atmósfera que refleje las ondas de radio de esa época y la propia Luna bloquearía las interferencias terrestres. Esto permitiría estudiar el universo en longitudes de onda no accesibles desde la Tierra y obtener información valiosa sobre la formación de las primeras estrellas y otros enigmas científicos.
Aunque el proyecto enfrenta desafíos técnicos y logísticos, el equipo está entusiasmado con la posibilidad de realizar descubrimientos revolucionarios. Durante los próximos años, el equipo del telescopio en la Luna seguirá trabajando en la mejora de las capacidades del telescopio y en la resolución de los desafíos planteados. Si tienen éxito, el proyecto podría ser seleccionado para un desarrollo más avanzado y contribuir significativamente a nuestra comprensión del universo.