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Descubre el increíble secreto de los animales sin cerebro

  • Animales sin cerebro pueden aprender de experiencias pasadas para sobrevivir
  • Algunas especies marinas como medusas, estrellas de mar y anémonas no necesitan cerebro para funcionar
  • La evolución del cerebro a lo largo de la historia de la Tierra
  • Especies como las lombrices de tierra pueden vivir sin cerebro

1. No brain, no problem

A pesar de carecer de un cerebro centralizado o de seguir funcionando como lo hicieron los primeros animales en el planeta, muchas especies pueden aprender de experiencias pasadas para poder alimentarse o evitar obstáculos. Un estudio con Tripedalia cystophora, una pequeña especie de cubomedusa, demostró que con los pocos miles de neuronas agrupados en sus cuatro ojos, pueden asociar cambios en la intensidad de la luz y ajustar su nado, lo que les permite una navegación más precisa. Tienen entre 5 y 50 brazos, los que les sirven para reproducirse, cazar y excretar. Si bien no tienen cerebro, que funcionan como una especie de cerebro distribuido en partes.

2. Colonias marinas sin cerebro

Las especies marinas como las anémonas de mar se organizan en colonias y utilizan sus pequeños brazos en forma de tentáculos –que tienen terminaciones nerviosas– para capturar alimento del agua. A pesar de no tener cerebro ni corazón, estas criaturas pueden adaptar su comportamiento en función de experiencias pasadas. Incluso se ha demostrado que la anémona perla puede habituarse a la presencia de clones cercanos, pero reacciona violentamente a otras invasiones de su territorio.

3. El pez lanceta y su sistema nervioso primitivo

Descubierto en 2011 en Escocia, el pez lanceta es un ejemplo de animal sin cerebro. Mide cinco centímetros y tiene un sistema nervioso formado por una cuerda dorsal, sin estar protegido por vertebras. Surgió antes de que los animales desarrollaran cerebros, hace entre 5 y 8 millones de años, y realiza todas sus funciones vitales a nivel celular, gracias a sus células totipotenciales capaces de cambiar de función según sea necesario.

4. Las lombrices de tierra y su sistema nervioso rudimentario

Las lombrices de tierra son otro ejemplo de animales que pueden vivir sin cerebro. Aunque no tienen un cerebro centralizado, poseen ganglios que reciben impulsos nerviosos y les permiten percibir su entorno. Estas criaturas viven en lugares húmedos y se desplazan cavando hoyos en la tierra, utilizando músculos en todo su cuerpo para moverse. Su anatomía básica incluye una boca, un ano y una serie de músculos que les permiten sobrevivir sin la necesidad de un cerebro desarrollado.