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Call of Duty: Modern Warfare 3 fue desarrollado en un tiempo récord de 18 meses, lo que ha generado controversia debido a las condiciones laborales y el presunto abuso a los trabajadores de Activision. El juego fue originalmente concebido como una expansión, pero durante su desarrollo se convirtió en una secuela completa. Los desarrolladores tuvieron que trabajar intensamente, incluso en noches y fines de semana, para cumplir con los plazos de entrega. Este tipo de prácticas no son nuevas en la franquicia, pero han generado críticas y dudas sobre la calidad del juego final.
Además del desarrollo apresurado, Call of Duty: Modern Warfare 3 también enfrentó problemas de gestión y comunicación. Los desarrolladores tuvieron que lidiar con la ineficacia de los ejecutivos de Infinity Ward, lo que llevó a cambios significativos no deseados en el juego. La campaña del juego ha sido ampliamente criticada, y queda por determinar si el multijugador y los zombis pueden salvar la reputación del juego. En cualquier caso, es evidente que Call of Duty: Modern Warfare 3 tiene mucho trabajo por delante para recuperarse de las críticas y satisfacer las expectativas de la comunidad de jugadores.
El desarrollo apresurado de Call of Duty: Modern Warfare 3 ha generado preocupación por las condiciones laborales de los trabajadores de Activision. Los desarrolladores tuvieron que trabajar intensamente, incluso sacrificando su tiempo libre, para cumplir con los plazos de entrega. Esto ha llevado a acusaciones de abuso laboral y ha generado debates sobre la ética en la industria de los videojuegos. Aunque el juego aún no ha sido lanzado oficialmente, la polémica en torno a su desarrollo y las críticas a la campaña han dejado dudas sobre su calidad y éxito potencial.
El desarrollo apresurado y los problemas de gestión de Call of Duty: Modern Warfare 3 plantean interrogantes sobre el futuro de la franquicia. Aunque la saga ha sido históricamente exitosa, la recepción negativa de la última entrega ha generado incertidumbre. Los desarrolladores y ejecutivos de Activision tendrán que tomar medidas para abordar las preocupaciones de los trabajadores y mejorar la calidad de los juegos futuros. Además, la comunidad de jugadores y la prensa especializada estarán atentos a los próximos lanzamientos de la franquicia para evaluar si se han realizado cambios significativos en la gestión y el desarrollo de los juegos de Call of Duty.