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En el Día Mundial del Corazón, que se conmemora cada 29 de septiembre, los expertos destacan la importancia de llevar una dieta cardiosaludable para cuidar de nuestro corazón. Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en el mundo, pero muchas de ellas se podrían prevenir con hábitos de vida saludables.
Según los especialistas del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), es fundamental priorizar los alimentos frescos frente a los ultra-procesados. Las verduras y hortalizas, preferiblemente de temporada, deben ser la base de nuestro menú, ya que contienen antioxidantes que protegen nuestro corazón. Además, se recomienda consumir proteínas de calidad como pollo, pavo, conejo, pescados, mariscos, huevos o legumbres, evitando las carnes muy grasas y los embutidos.
Los cereales y derivados en su versión integral, como arroz, pasta y pan, son una excelente fuente de fibra y nutrientes que benefician a nuestro corazón. Los tubérculos, como la patata y el boniato, también son recomendables en una dieta cardiosaludable. Es importante ajustar la cantidad de estos alimentos según nuestro grado de actividad física.
En una dieta para cuidar el corazón, se debe reducir el consumo de lácteos muy grasos, como quesos curados o natas. También es recomendable evitar los postres de leche con alto contenido de azúcares añadidos.
Los alimentos procesados, como las galletas y los productos de pastelería, suelen contener altas cantidades de azúcares, harinas refinadas y grasas saturadas. Estos componentes incrementan el problema del acúmulo graso visceral, poniendo en riesgo nuestra salud cardiovascular.
El aceite de oliva virgen extra es una opción saludable para cocinar, ya que contiene grasas saludables. Se recomienda utilizarlo en lugar de otras grasas más saturadas o de tipo ‘trans’. Además, es importante preferir técnicas de cocción que no añadan mucha grasa, como la plancha, el vapor, el horno, el salteado, el wok o el papillote.
Para poder disfrutar de una dieta cardiosaludable, es fundamental comer de manera consciente. Comer en silencio, prestando atención a las sensaciones que producen los alimentos en nuestro paladar, nos ayuda a evitar comer en exceso y a disfrutar de cada bocado. También es recomendable tomar pequeñas tomas de comida más frecuentes, para evitar llegar a las comidas principales con mucha hambre.
El estrés también puede afectar a nuestra salud cardiovascular. Por eso, es importante crear un ambiente tranquilo y relajado alrededor de las comidas. Evitar comer mientras miramos la televisión o tenemos una conversación importante puede ayudarnos a mantener la atención en nuestra comida y evitar el estrés añadido. Además, apoyar los tenedores en el plato entre bocado y bocado nos ayuda a evitar comer demasiado rápido.
En resumen, cuidar de nuestro corazón implica llevar una dieta cardiosaludable, basada en alimentos frescos, proteínas de calidad, cereales integrales y tubérculos. También debemos reducir el consumo de lácteos grasos, evitar alimentos procesados y grasas saturadas, y cocinar de manera saludable. Además, es fundamental comer de manera consciente y reducir el estrés en las comidas. En el Día Mundial del Corazón, recordemos la importancia de adoptar estos hábitos para mantener un corazón sano y fuerte.