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La Nasa ha publicado una lista de los asteroides más peligrosos que se dirigen hacia la Tierra. Estas rocas espaciales representan una amenaza potencial para nuestro planeta y podrían causar una devastación global en caso de impacto. La lista incluye asteroides como el 1979 XB, que tiene una probabilidad de 1 entre 1,8 millones de golpearnos directamente, y el 29075 (1950 DA), que tiene una probabilidad de 1 entre 34.500 de chocar contra la Tierra. Estos asteroides son vigilados de cerca por el sistema de monitoreo de impactos Sentry de la Nasa.
El sistema de monitoreo de impactos Sentry de la Nasa es responsable de vigilar los asteroides potencialmente peligrosos que podrían impactar la Tierra en el futuro. Esta herramienta es dirigida por el centro de estudios de objetos cercanos a la Tierra y ha compilado una lista de los asteroides más preocupantes. Aunque la lista es exhaustiva, se cree que puede haber otros asteroides escondidos detrás del sol que aún no se conocen. Es importante seguir investigando y monitoreando estos objetos espaciales para prevenir posibles impactos y proteger nuestro planeta.
El asteroide 1979 XB es uno de los más peligrosos de la lista publicada por la Nasa. Con un peso calculado en 390 millones de toneladas y casi media milla de ancho, este asteroide tiene una probabilidad de 1 entre 1,8 millones de golpearnos directamente. Una colisión de este tipo podría liberar la misma energía que una bomba de TNT de 30.000 millones de toneladas, lo que podría acabar con países enteros. Aunque se ha detectado desde 1979, actualmente se considera un asteroide perdido ya que no ha sido detectado desde 2007.
El asteroide 29075 (1950 DA) es otro de los asteroides más preocupantes de la lista de la Nasa. Este asteroide, descubierto en 1950, estuvo perdido durante 50 años antes de ser redescubierto. Se cree que es un asteroide formado por una pila de escombros sueltos y tiene una probabilidad de 1 entre 34.500 de chocar contra la Tierra. Si este asteroide nos impactara, liberaría suficiente energía para causar una devastación global e incluso acabar con la humanidad. Aunque actualmente no representa ninguna amenaza para la Tierra, es importante seguir monitoreando su trayectoria y evolución.