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Según un informe de la Entertainment Software Association (ESA), el 72% de los niños estadounidenses quieren regalos relacionados con los videojuegos estas Navidades. Sin embargo, solo el 22% de ellos prefieren juegos físicos, mientras que el 68% opta por recibir una suscripción a un servicio o dinero para realizar micropagos. Esta tendencia también se ha observado en España, donde la facturación en el sector de los videojuegos ha crecido cerca de un 30% entre 2021 y 2022, con la facturación física disminuyendo en un 6%.
El formato digital ofrece numerosas ventajas para las empresas de videojuegos, como el ahorro en costes de fabricación y distribución de discos, la eliminación de la necesidad de compartir beneficios con las tiendas físicas y un mayor control sobre sus juegos. Sin embargo, esta transición hacia lo digital plantea problemas importantes, como la falta de preservación de los juegos originales y la posibilidad de que sean reemplazados por versiones inferiores. A pesar de estos desafíos, la preferencia de los niños por las suscripciones y el dinero digital demuestra cómo este modelo de consumo se ha consolidado en la industria de los videojuegos y en otras industrias culturales.
En España, las compras online representan ahora más de la mitad de la facturación de la industria del videojuego. Según datos publicados por la Asociación Española de Videojuegos, la facturación en el sector ha experimentado un crecimiento cercano al 30% entre 2021 y 2022, mientras que la facturación física ha caído alrededor de un 6%. De los 2.012 millones de euros facturados en total, 1.180 corresponden a servicios online y 832 a ventas físicas.
Este cambio hacia las compras online y el formato digital ha sido impulsado por las ventajas que ofrece a las empresas de videojuegos, como el ahorro de costes y el control total sobre sus juegos. Sin embargo, también plantea desafíos importantes, como la falta de preservación de los juegos originales y la posibilidad de que sean reemplazados por versiones inferiores. A pesar de estos problemas, la tendencia hacia lo digital parece imparable, y cada vez más niños prefieren recibir una suscripción o dinero digital en lugar de juegos físicos como regalos de Navidad.
La creciente popularidad del formato digital en la industria de los videojuegos ha planteado una serie de desafíos. Uno de ellos es la preservación de los juegos, ya que los juegos digitales son propiedad de las empresas desarrolladoras y distribuidoras, lo que significa que pueden retirarlos del mercado, bloquear el acceso o actualizarlos sin el consentimiento de los jugadores. Esto es aún más problemático en el caso de los servicios de suscripción, donde la licencia de uso es temporal.
Otro desafío es la sustitución total del formato físico por el digital, lo cual plantea problemas importantes, como la falta de acceso a juegos antiguos que ya no están disponibles y la posibilidad de que los juegos originales sean reemplazados por versiones inferiores. A pesar de estos problemas, la hegemonía del formato digital parece inevitable, y cada vez más niños prefieren recibir una suscripción o dinero digital en lugar de juegos físicos como regalos de Navidad.
La preferencia de los niños por suscripciones y dinero digital en lugar de videojuegos físicos tiene importantes implicaciones para la industria de los videojuegos. Por un lado, esto refuerza la tendencia hacia los juegos como servicio, donde los jugadores pagan una suscripción para acceder a una biblioteca de juegos en lugar de comprar juegos individuales. Esto ofrece beneficios para las empresas de videojuegos, como un flujo de ingresos recurrente y un mayor control sobre sus juegos.
Por otro lado, esta preferencia también plantea desafíos en términos de preservación y acceso a los juegos. Con la creciente popularidad de los servicios de suscripción, existe el riesgo de que los juegos antiguos sean olvidados o reemplazados por versiones inferiores. Además, la dependencia de las suscripciones y el dinero digital puede llevar a un aumento en los micropagos y las compras dentro del juego, lo que puede tener implicaciones negativas para los jugadores y su experiencia de juego. En general, la preferencia de los niños por las suscripciones y el dinero digital refleja la creciente importancia de los servicios en la industria de los videojuegos y plantea preguntas sobre el futuro del formato físico.