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La Guardia Civil ha llevado a cabo dos importantes actuaciones en los municipios pacenses de Zalamea de la Serena y Barcarrota, donde ha desmantelado una red de caza furtiva que operaba en la región. Estas acciones forman parte de un dispositivo especial para combatir este delito que tanto daño causa a la fauna y al ecosistema.
La primera intervención tuvo lugar en una finca del término municipal de Barcarrota, donde los agentes del Seprona de la Guardia Civil sorprendieron a un cazador ilegal portando un rifle con munición y listo para su uso. El arma estaba equipada con un silenciador y un visor nocturno, elementos prohibidos para la caza sin autorización expresa. Además, el cazador no contaba con ningún tipo de permiso o autorización para cazar en la zona.
Tras la identificación del individuo, un vecino de Barcarrota, los agentes inspeccionaron la zona y encontraron la vaina de la bala utilizada y el cuerpo de un jabalí recién abatido. El hombre fue acusado de cazar ilegalmente en terrenos cinegéticos, utilizando un arma de fuego con un dispositivo de visión nocturna y sin contar con autorización.
La segunda actuación tuvo lugar en un coto social de caza en Zalamea de la Serena, donde la Guardia Civil tuvo conocimiento de la presencia de dos cazadores furtivos. Al verse sorprendidos por los agentes, los individuos intentaron esconderse en el monte, pero finalmente fueron identificados como vecinos de Zalamea de la Serena sin permiso ni autorización para cazar.
En la inspección del vehículo utilizado por los furtivos, los agentes encontraron un rifle, munición, una linterna y un visor térmico, todos ellos utilizados para la caza ilegal. Estos elementos fueron incautados como pruebas de la actividad delictiva.
Los tres cazadores furtivos identificados en estas actuaciones se enfrentan a graves consecuencias legales. El primero, acusado de cazar un jabalí ilegalmente en terrenos cinegéticos, portando un arma de fuego con visión nocturna y sin autorización, podría enfrentarse a multas y sanciones económicas, así como a la retirada de su licencia de caza.
Por su parte, los dos cazadores furtivos de Zalamea de la Serena podrían enfrentarse a las mismas consecuencias legales, además de la pérdida de su permiso de caza y la prohibición de practicar esta actividad en el futuro.
Estas actuaciones demuestran el compromiso de la Guardia Civil en la lucha contra la caza furtiva y la protección de la fauna en Extremadura. La caza ilegal supone un grave problema para el equilibrio de los ecosistemas y pone en peligro la supervivencia de numerosas especies.
Las autoridades continúan trabajando para erradicar esta práctica ilegal y animan a la población a denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con la caza furtiva. Solo a través de la colaboración ciudadana y la acción conjunta de las fuerzas de seguridad se podrá poner fin a esta lacra y preservar la riqueza natural de la región.