Escándalo en el Vaticano: Revelan nueva evidencia del caso del jesuita acusado de abusar de mujeres

El Papa Francisco ordena la reapertura del caso de abuso de un sacerdote jesuita

El Papa Francisco ha ordenado al Vaticano la reapertura del caso de Marko Ivan Rupnik, un famoso sacerdote-artista acusado de abusos sexuales, espirituales y psicológicos a mujeres adultas. Además, el Papa ha eliminado la prescripción de sus denuncias, según informó la Santa Sede. Rupnik volvió a ser noticia cuando una diócesis de su Eslovenia natal confirmó que lo había aceptado después de su expulsión de la orden jesuita a mediados de año. El caso ha causado controversia y ha sido un problema para los jesuitas, el Vaticano y el Papa Francisco debido a sospechas de que Rupnik recibió un trato favorable de la Santa Sede.

La comisión de prevención de abusos detecta graves problemas

La comisión de prevención de abusos del Papa había detectado graves problemas en la forma en que se gestionó el caso inicialmente, según un comunicado del Vaticano. Entre los problemas identificados se encuentra la falta de comunicación con las víctimas. Este hecho es relevante ya que anteriormente las autoridades eclesiásticas se negaban a considerar a las mujeres que denunciaron a Rupnik como víctimas. En respuesta a estos hallazgos, el Papa Francisco ha pedido al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que maneja los casos de delitos relacionados con abusos bajo el derecho canónico, que revise el caso y decidió levantar la prescripción del delito para permitir que se lleve a cabo un proceso”.

La excomunión y nuevas acusaciones contra Rupnik

Rupnik fue excomulgado por el Vaticano en mayo de 2020 por uno de los delitos más graves bajo el código legal de la Iglesia Católica: Usar el confesionario para absolver a una mujer con la que había mantenido relaciones sexuales. Sin embargo, cuando se presentaron otras nueve denuncias en su contra un año después, que se remontaban a 30 años atrás, la oficina de crímenes sexuales se negó a eliminar la prescripción. El Dicasterio decidió no juzgarlo por delitos imprescriptibles como el falso misticismo. La orden jesuita lo expulsó a mediados de año, cuando se presentaron nuevas acusaciones de mujeres adultas. Los jesuitas, tras realizar su propia investigación, dijeron que las denuncias eran altamente verosímiles, pero que las normas canónicas vigentes les impedían aplicar sanciones más fuertes. El Papa Francisco, en una entrevista con The Associated Press, negó haber tenido papel alguno en el manejo del caso Rupnik, pero admitió que, aunque eliminaba la prescripción cuando las víctimas eran menores, no lo hacía cuando se trataba de adultos.