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Un grupo de expertos en plantas ha planteado una interesante propuesta en la lucha contra el cambio climático: transformar las tierras áridas, como los desiertos, en sistemas eficientes de captura de carbono. Según los investigadores, esto se podría lograr a través de una mejor salud del suelo, una mayor eficiencia fotosintética y una mayor biomasa radicular mediante la ingeniería de combinaciones ideales de plantas, microbios del suelo y tipo de suelo. Estos factores facilitarían un proceso natural llamado la vía del oxalato-carbonato para crear sumideros de carbono bajo el suelo.
El equipo de investigación, liderado por el científico de plantas Heribert Hirt, de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología en Arabia Saudí, argumenta que reverdecer los desiertos y restaurar las funciones de los ecosistemas, incluida la captura de carbono, debería ser la prioridad en la lucha contra el cambio climático. Una de las ventajas de recuperar las regiones áridas para este propósito es que no compiten con las tierras utilizadas en la agricultura y producción de alimentos.
El método propuesto se basa en el uso de plantas adaptadas a las zonas áridas que producen oxalatos, iones que contienen carbono y oxígeno. Algunos microbios del suelo utilizan los oxalatos como fuente de carbono, excretando moléculas de carbonato en el suelo. Estas moléculas de carbonato, al reaccionar con el calcio presente en suelos alcalinos y ricos en calcio, forman depósitos estables de carbonato cálcico. De esta manera, el carbono se secuestra bajo tierra y se convierte en un sumidero de carbono.
Aunque los árboles se consideran ideales para la captura de carbono, la reforestación compite directamente con la agricultura por las tierras cultivables. Por otro lado, las tierras áridas, que representan aproximadamente un tercio de las superficies terrestres, no se utilizan para la agricultura. Sin embargo, la falta de agua es el principal factor limitante en estos ecosistemas. Afortunadamente, algunas plantas han desarrollado mecanismos para enfrentar la escasez de agua y las temperaturas extremas, como sistemas radiculares especiales y diferentes formas de fotosíntesis.
Los investigadores sugieren comenzar con «islas de fertilidad», pequeñas áreas de hábitat reverdecido desde las cuales las plantas y los microbios pueden extenderse para formar una cobertura vegetal más amplia. Calculan que este enfoque podría resultar en aumentos significativos en la retención de carbono tanto en las plantas como en el suelo en menos de diez años. Sin embargo, el éxito y la rapidez de este método dependerán del ritmo de crecimiento de las plantas en condiciones de escasez de agua, así como de los recursos financieros y políticos disponibles para implementar esta tecnología en diferentes países áridos.
El exceso de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es uno de los principales impulsores del cambio climático. Aunque reducir las emisiones de CO2 es fundamental, los efectos climáticos del CO2 elevado seguirán siendo irreversibles durante al menos 1.000 años a menos que se pueda capturar el CO2 de la atmósfera. Por lo tanto, encontrar soluciones efectivas de captura y almacenamiento de carbono es esencial para mitigar los efectos del cambio climático y lograr un futuro sostenible para nuestro planeta.
Revitalizar los desiertos y convertirlos en sumideros de carbono podría ser una estrategia prometedora en este sentido. Además de capturar CO2, esta transformación también podría mejorar la salud del suelo, promover una mayor eficiencia fotosintética y aumentar la biomasa radicular. Sin embargo, es importante destacar que la implementación exitosa de este enfoque requerirá una inversión significativa en recursos y una colaboración global para su aplicación en diferentes regiones áridas.