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Este año se conmemoran los 150 años del nacimiento y los 80 años de la muerte de Serguéi Rajmáninov, uno de los compositores y pianistas más destacados de la historia. Para celebrar estas fechas tan especiales, el reconocido pianista argentino Nelson Goerner decidió cumplir un sueño que tenía guardado desde hace mucho tiempo: interpretar la integral de los conciertos para piano y orquesta del compositor ruso.
Después de dos décadas de su primera experiencia interpretando estas obras en Leipzig, junto al director Fabio Luisi, Goerner finalmente pudo hacerlo en su país natal, Buenos Aires. El ciclo Colón en la Ciudad le brindó la oportunidad de realizar el Festival Rajmáninov en el Teatro Coliseo, durante tres sábados consecutivos.
La integral de los conciertos de Rajmáninov representa una manera única de recorrer el proceso creativo del compositor. En el primer concierto, Goerner interpretó el Concierto para piano n° 1, Op. 1 y el Concierto para piano n° 4, Op. 40, junto al poema sinfónico La roca, Op. 7. En el segundo concierto, se presentó el Concierto n° 2, Op. 18 y la Sinfonía n° 2, Op. 27. Por último, en el tercer concierto, se realizaron las Danzas sinfónicas, Op. 45 y el Concierto para piano n° 3, Op. 30.
Presentar los conciertos en forma de ciclo permitió a los intérpretes y al público embarcarse en un viaje fascinante a través del legado musical de Rajmáninov. Desde el Opus 1, escrito por el compositor a los 17 años, hasta las Danzas sinfónicas, se pudo apreciar la evolución y la genialidad de este gran pianista y compositor.
Nelson Goerner demostró una vez más por qué es considerado uno de los pianistas más destacados de su generación. Su interpretación de los conciertos de Rajmáninov fue simplemente deslumbrante. Con una técnica impecable y una sensibilidad única, logró transmitir todas las emociones y matices de estas obras maestras.
En el primer concierto, Goerner mostró frescura y espontaneidad en la interpretación del Concierto para piano n° 1. La cascada de octavas que atraviesa el teclado fue ejecutada con brío y un temperamento disciplinado. En el segundo movimiento, el pianista nos sumergió en una preciosa meditación lírica, mientras que en el tercer movimiento, combinó un fraseo delicado con una ferocidad rítmica implacable.
En el cuarto concierto, Goerner nos sorprendió con su dominio de los cambios de color y las sonoridades del piano. El lirismo ascético del segundo movimiento fue interpretado con una justa concepción sonora, mientras que en el tercer movimiento, el pianista mostró una agilidad atlética y un swing vital.
La colaboración entre Nelson Goerner y la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires fue excepcional. Desde el primer ensayo, se pudo percibir una gran sintonía entre el solista y la orquesta. El director Srba Dinić supo conducir a la orquesta por las exigencias técnicas y rítmicas de los conciertos de Rajmáninov.
A lo largo de todo el concierto, se pudo apreciar una conexión y una empatía entre el pianista y la orquesta. La interpretación de cada movimiento fue coherente y equilibrada, destacando la riqueza polifónica y el trabajo sonoro del pianista.
En conclusión, el concierto de Nelson Goerner junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires en el Festival Rajmáninov fue una experiencia musical inolvidable. El virtuosismo del pianista argentino y la maestría de la orquesta nos transportaron a un mundo de emociones y belleza. Sin duda, este concierto quedará en la memoria de todos los asistentes como un momento único y especial.