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Después de más de 50 años desde la famosa misión Apolo, Estados Unidos está planeando volver a la Luna. En enero, una nave espacial intentará aterrizar en nuestro satélite natural. Sin embargo, a diferencia de las misiones Apolo anteriores, esta vez será una empresa privada la encargada de llevar el módulo de aterrizaje sin tripulación. Aunque no tendrá la misma importancia histórica que la llegada del hombre a la Luna en 1969, esta misión marca un hito en la exploración espacial.
El módulo de aterrizaje llevará instrumentos de la NASA para estudiar el entorno lunar. Aunque la misión no está tripulada, es un paso importante hacia el desarrollo de una economía lunar y la reducción de los costes de transporte. Esta investigación forma parte del programa CLPS de la NASA, que busca fomentar la colaboración con empresas privadas para realizar experimentos y desarrollar tecnologías en la Luna. Si todo sale bien, esta misión abrirá el camino para la misión Artemis, que tiene como objetivo establecer una base lunar en el futuro.
Después de más de 50 años, Estados Unidos está preparado para volver a la Luna. Sin embargo, esta vez será una empresa privada, y no la NASA, la encargada de llevar el módulo de aterrizaje sin tripulación. Aunque esta misión no tendrá la misma importancia histórica que las misiones Apolo anteriores, es un paso significativo hacia el desarrollo de una economía lunar.
El módulo de aterrizaje, llamado Peregrine-1, llevará instrumentos de la NASA para estudiar el entorno lunar. Aunque no habrá astronautas a bordo, esta misión forma parte del programa CLPS de la NASA, que busca colaborar con empresas privadas para desarrollar tecnologías y experimentos en la Luna. Si todo sale según lo planeado, esta misión sentará las bases para futuras exploraciones y eventualmente establecer una base lunar.
Después de más de cinco décadas, Estados Unidos está listo para regresar a la Luna. En enero, una nave espacial intentará aterrizar en nuestro satélite natural. Sin embargo, a diferencia de las misiones Apolo anteriores, esta vez será una empresa privada la encargada de llevar el módulo de aterrizaje sin tripulación. Aunque esta misión no tendrá el mismo impacto histórico que la llegada del hombre a la Luna en 1969, marca un hito en la exploración espacial y el desarrollo de una economía lunar.
El módulo de aterrizaje, llamado Peregrine-1, llevará instrumentos de la NASA para estudiar el entorno lunar. Aunque no habrá astronautas a bordo, esta misión forma parte del programa CLPS de la NASA, que busca colaborar con empresas privadas para desarrollar tecnologías y experimentos en la Luna. Si tiene éxito, esta misión sentará las bases para futuras exploraciones y eventualmente establecer una presencia humana permanente en la Luna.
Después de más de 50 años, Estados Unidos está listo para regresar a la Luna. En enero, una nave espacial intentará aterrizar en nuestro satélite natural. Sin embargo, a diferencia de las misiones Apolo anteriores, esta vez será una empresa privada la encargada de llevar el módulo de aterrizaje sin tripulación. Aunque esta misión no tendrá la misma importancia histórica que la llegada del hombre a la Luna en 1969, es un paso significativo hacia el desarrollo de una economía lunar y la exploración espacial sostenible.
El módulo de aterrizaje, llamado Peregrine-1, llevará instrumentos de la NASA para estudiar el entorno lunar. Aunque no habrá astronautas a bordo, esta misión forma parte del programa CLPS de la NASA, que busca colaborar con empresas privadas para desarrollar tecnologías y experimentos en la Luna. Si todo va según lo planeado, esta misión sentará las bases para futuras exploraciones y eventualmente establecer una presencia humana permanente en la Luna.