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Según una investigación de la organización Save Soil, el suelo agrícola tiene un potencial significativo para capturar las emisiones de carbono necesarias para frenar el calentamiento global. Se estima que puede capturar hasta el 27% de estas emisiones, siempre y cuando los niveles de materia orgánica en el suelo estén entre el 3% y el 6%. Sin embargo, actualmente el 40% del suelo mundial está degradado debido a prácticas agrícolas insostenibles y al consumo excesivo.
Este estudio demuestra la importancia de conservar y mejorar la calidad del suelo agrícola como una estrategia efectiva para mitigar el cambio climático. La superficie agrícola representa el 38% de la superficie terrestre, por lo que su potencial de captura de carbono es significativo. Sin embargo, la mayoría de los esfuerzos actuales se centran en la captura de carbono en los bosques, y es necesario dar mayor protagonismo a los suelos en las estrategias de reducción de emisiones. Para lograrlo, se sugiere apostar por técnicas de agricultura regenerativa que buscan restaurar la materia orgánica del suelo.
El suelo agrícola tiene un potencial asombroso para capturar y almacenar carbono de la atmósfera de manera eficaz. Según las medidas más conservadoras, se estima que puede capturar alrededor del 10% de las emisiones de carbono, mientras que las praderas y pastizales pueden capturar hasta el 17%. Esto significa que el potencial de secuestro de carbono de todas las tierras gestionadas por agricultores representa el 27% de los objetivos de reducción de emisiones de carbono para evitar un calentamiento global superior a los 2°C.
La superficie agrícola abarca aproximadamente 5.000 millones de hectáreas, lo que la convierte en un recurso clave para combatir el cambio climático. Sin embargo, actualmente el suelo agrícola se encuentra degradado debido a prácticas agrícolas insostenibles y al consumo excesivo. Es necesario implementar medidas de conservación del suelo y apostar por técnicas de agricultura regenerativa que busquen restaurar la materia orgánica del suelo. De esta manera, se puede aprovechar todo el potencial del suelo agrícola como un sumidero de carbono efectivo y contribuir a frenar el calentamiento global.